LA TAREA DEL HOMBRE Y EL DESCANSO DE DIOS

Rev. Valentín Alpuche

Hasta ahora hemos aprendido varias cosas sobre Dios y el mundo en que vivimos:

  1. Dios es el Creador de todas las cosas.
  2. Dios es un Dios de orden.
  3. La creación de Dios es buena.
  4. Dios creó al ser humano a su imagen y semejanza.
  5. La mujer, al igual que el hombre, es honrada desde el principio de la creación.
  6. Si Dios creó todas las cosas, entonces solo debemos adorarlo a Él y no otras cosas ni a otras personas.

 

En esta lección vamos a reflexionar en la tarea que Dios les dio a Adán y Eva cuando los creó:

Debido a que Dios creó solamente al hombre y a la mujer a su imagen y semejanza, Dios también les encargó una gran tarea: señorear sobre toda la creación de Dios. Es decir, el hombre recibió la orden de gobernar los peces del mar, las aves de los cielos y todo animal de la tierra. Esto quiere decir que el hombre, solo por ser creado a la imagen de Dios, tiene la capacidad de dominar sobre todas las cosas en la tierra. El hombre no llegó a desarrollar ese poder de gobernar y dirigir la creación por sí mismo, sino que Dios se lo dio.

Pero también significa que para gobernar o señorear sobre todas las cosas, el hombre tiene que hacerlo con responsabilidad. Tiene que cuidar de la creación de Dios. Siempre tiene que recordar que su tarea de gobernar le fue dada por Dios. Tiene que recordar que Dios es su jefe o patrón, y que su tarea lo debe hacer con responsabilidad y mucho cuidado, porque tendrá que dar cuentas a Dios de su trabajo. El hombre no es señor soberano de la creación; Dios es el Señor soberano, pero escogió por pura bondad al hombre para que lo representara en la tierra, es decir, para que el hombre trabajara en el nombre de Dios y bajo la autoridad de Dios.

¿Cuál es la tarea que Dios le dio al hombre?

¿Cómo debe llevar a cabo el hombre su tarea?

 

Este trabajo de gobernar la creación no solamente implica cultivar la tierra, sino también involucra cualquier tipo de trabajo o profesión que sea honrada. Quiere decir que el hombre y la mujer deben cultivar la tierra, hacer estudios en matemáticas, biología, idiomas, medicina, etcétera. Así que cuando nuestros hijos van a la escuela, deben saber que por medio de sus estudios están sirviendo a Dios también. Los cristianos no deben despreciar el trabajo ni los estudios, sino apreciarlos porque por medio de ellos Dios los ayuda a gobernar la creación.

Esta tarea que Dios le dio al hombre también significa que el trabajo no es una maldición o un mal necesario. Cuando Dios creó al hombre, no lo creó con pecado ni con maldad, sino que lo creó santo, puro y recto; y antes que la maldad entrara al mundo, antes que el hombre se volviera pecador, Dios creó también el trabajo. Entonces el trabajo no es resultado del pecado del hombre, sino de la bondad y amor de Dios. Los cristianos no debemos hablar del pecado como una maldición, sino darle gracias a Dios por el trabajo. Los problemas del trabajo se deben a la maldad del hombre, no al hecho mismo de trabajar.

¿Los cristianos deben despreciar los estudios y el trabajo en el campo?

¿El trabajo es una bendición o una maldición?

 

Pero aunque el trabajo es algo bueno que Dios creó, no se debe convertir en nuestro dios o ídolo; es decir, no debemos trabajar todo el tiempo y olvidarnos de Dios, no debemos olvidar que gracias a Dios tenemos trabajo, y debemos descansar para ir a la iglesia y escuchar la enseñanza de la Palabra de Dios y adorar a Dios junto con otros cristianos. No debemos llegar a ser esclavos del trabajo, sino siervos de Dios. Esto es lo que aprendemos también de la creación de Dios porque Génesis 2:1-2 nos enseña que Dios descansó el día 7. Dios trabajó 6 días y descansó el séptimo. Dios mismo nos pone el ejemplo de que debemos trabajar y descansar.

Pero Dios no solamente descansó, sino que además hizo algo especial con el día 7. Dice la Biblia que Dios bendijo al día séptimo, y lo santificó. Esto quiere decir que lo designó como un día especial de descanso, como un día diferente a los demás; y como vamos a aprender después, el día de descanso es diferente a los demás porque en ese día los cristianos van a la iglesia para adorar a Dios. Antes que Jesús viniera al mundo, el día de descanso era el sábado. Después que Jesús vino, el día de descanso es el domingo porque Cristo resucitó el domingo. Por eso los cristianos se reúnen todos los domingos para adorar a Dios.

¿Debemos trabajar todo el tiempo?

¿Qué debemos hacer los domingos?